viernes, 28 de agosto de 2009

Cara o cruz

La moneda de la vida tiene dos lados: cara o cruz, águila o sol, “heads or tails”, el Ying y el Yang, el bien y el mal. Todos sabemos que así es. Depende ya de cada uno el lado que tomará ante cualquier aspecto de su vida. Se presentan frente nosotros constantemente cuestiones que resolver. ¿Me visto de blanco o negro? ¿Agua o refresco? ¿Dulce o salado? ¿Hombre o mujer? La eterna disyuntiva del libre albedrío.

Estoy convencido que lo más sano es poder apreciar de lejos por un momento y en paz cada lado, con todos sus detalles y matices. Meditar conscientemente y concluir sobre lo observado para posteriormente, tomar uno de los lados como propio, el lado que más te convenza, te convenga, te ilusione, y defenderlo.

Es crucial además saber que en un solo lado de la moneda, hay un sinnúmero de matices. Si dejamos de ver los matices, llegamos inevitablemente a los extremos. No todo es blanquísimo, ni todo es negrísimo. Seamos capaces de siempre observar toda esa gama intermedia. El matiz de la vida es lo que la hace en mi opinión maravillosa.

Tan (o más) importante y vital es que una vez que hayamos decidido por uno de los lados, tengamos la capacidad de permanecer siempre abierto de mente y corazón para aceptar las opiniones de los demás, y poder observar si tu decisión fue la correcta. Ser humilde ante los comentarios del yo interno y de otros, para dado el caso, con la frente en alto reconocer que, puede uno decidir cambiar de posición dentro del matiz, o hasta pasar al otro lado de la moneda.

Seríamos una mejor sociedad si todos permitiéramos liberar a ese ego orgulloso que constantemente nos muerde la mano y nos jala en busca de atención y aplausos, para nunca olvidar que es de humanos el error. Es todavía mejor reconocer nuestros errores con sinceridad, entendiendo que pudimos además haber perdido objetividad en el camino, llevándonos tal vez a tomar el lado equivocado de la moneda.

Muchos van por la vida creyendo que solo tiene un lado, SU lado. Si fervientemente creen que la tierra es plana (ejemplo tonto), no importa que millones de personas les confirmen lo contrario, que lo vean en libros, que se los explique Carl Sagan, vaya, que baje Dios Padre y le enseñe los planos celestiales de la Tierra. No, no, para ellos es plana, planísima, y los barcos siguen cayendo al infinito. Bueno, podrían llevarlos en el transbordador espacial, verla de fuera redondota, y todavía creerían que lo que ven frente a ellos es una ilusión óptica.

Ah, esa gente necia y corta de visión. Son divertidos, lo reconozco. Seguramente todos nos hemos topado más de una vez con ese tipo de persona, que verdaderamente te saca de quicio de lo necia que es. Me gusta decirles a ellos “carneros”. No importa que tan grande y fuerte sea el oponente, el carnero siempre está dispuesto a darse de topes, uuuuna y oooootra vez, tantos como sean necesarios. Alrededor todos piensan o piden a gritos “¡Detente!” “Observa, escucha, no tiene caso…” “!Déjalo, qué se siga dando! ¡Pinche necio!” “¡Qué alguien haga algo, por Dios!” “¿Alguien tiene un Excedrin? A este sí que le ha de doler la cabeza de tanto golpe!” Y al final, el que se acaba dando de topes pero de desesperación eres tú ante tal necedad.

El auto sabotaje que representa que sepas que hay dos lados de la moneda, pero te aferras a decir que solo hay uno, te convierte en una especie de Dr. Jeckyll y Mr. Hyde presentes al mismo tiempo, un ente ambiguo autodestructivo. Vas metiéndote el pie tú solo, y mientras te levantas, tu otro tú te tapa los ojos mientras operas maquinaria pesada hacia en un precipicio lleno de alternativas. Es el perfecto estado de confusión, en donde el yo consciente lucha contra el ego interno obcecado que no escucha, no razona, y no le importa. Y además es tan orgulloso, que si te enfrentas a la realidad de haber tomado la decisión incorrecta, ese ego seguirá luchando por decirte que estaba en lo cierto, y no permitirá ser derrotado fácilmente.

Evitemos esto. Seamos capaces de observar la vida con objetividad y consciencia plena al decidir. A mí me fascina ver los dos lados, o bueno, trato de hacerlo. Si logras ver la cara y la cruz, y entender porque puedes tomar una u otra vía de acción, mucho auto aprendes de ti, y puedes evitarte una cantidad innecesaria de topes con paredes inquebrantables o con “carneros” de larga cornamenta. Y sobre todo, muchos dolores de cabeza.

2 comentarios:

  1. Cara o Cruz.

    ¿Qué tal si prefiero ver la vida como una esfera, sin caras ni cruces, sin facetas?
    ¿Cómo ves si mejor pienso en millones de matices grises entre el negro y el blanco? Suena bien, creo. Compartamos el criterio... Te mando un abrazo "primo"roso y apretado.

    MO.

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  2. Me parece muy bien tu postura... hagamos eso!
    Un abrazote

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