miércoles, 22 de septiembre de 2021

Cruce de caminos

Vas por el camino de la vida siempre solo, porque tu camino es solo tuyo, y nadie más lo camina por ti. Pero el camino de la vida es un elaborado entretejido de pequeños alambres que forman cables, y cables que forman densas estructuras, en donde cada alambre es la vida de otro, de alguien ajeno a ti. Alguien que probablemente nunca cruce tu camino, nunca sepas de su existencia, no te detenga el paso y el pensar en todos ellos. Pero, ¿qué fuerza te mueve para que los caminos sí se crucen? ¿Por qué algunos sí se cruzan? Interesante es comprender que pueden seguir cruzados, pueden enredarse, pueden soltarse sin haber hecho marca o bien, pueden marcar por siempre tu rumbo aún en un breve instante de cruce positivo. O, pueden marcar definitivamente el recorrido de tu camino y te lleven a querer alejarte de ese rumbo, cambiar de camino, detenerlo, salir corriendo. ¿Cuántas personas conoces en una vida? ¿Cuántas recuerdas? ¿Cuántas olvidaste sin ser consciente de ello? ¿Cuántas creíste que llegarían para quedarse, o cuántas te sorprenden que aún permanecen? Muchos son los momentos en los que recuerdo a alguien que camina por un momento frente a mi memoria, y no puedo evitar pensar porqué lo recordé. Me intriga saber qué es lo que ocurrió que hizo que volvieran fugazmente, y no puedo evitar pensar en ellos, en qué es de su vida, sus cosas, recuerdo algo de nuestros momentos, y así como llenaron y apropiaron ese breve momento cargado de emociones y preguntas, vuelven al carrusel de mi memoria para esperar tal vez volver a mi escenario, o tal vez, nunca ser llamado al frente, y permanecer en silencio. Tantos caminos cruzados, tantos porqués, tantos milagros que te ponen frente a frente, te dan la inmensa posibilidad de conocer, de crecer, de aprender, de sorprender, de vivir por, con, ante y desde ti y desde la persona, de trascender en ese pequeño destello que te hará recordarlos o ser recordado… o bien, de no percibirse, no envolverse, de esfumarse en un momento que pudo durar un parpadeo o crear un momento tras momento y tras momento que forman la vida con y ante los otros. Tu camino continúa, pero continúa por una sinergia sobre lo propio con lo que los demás dan de sí y para ti, y tú das sin capacidad plena de comprender cuánto das siempre sin intención, por el hecho precioso de solo ser tú. ¿O continúas por impulso interno? La paradoja eterna del moverse solo o moverse por lo compartido, de crear paso en tu camino o ser impulsado por los pasos de los caminos interconectados que te da la vida. Te mueves por tu vida llenándote de toda la riqueza que la vida te da y las personas que la viven a tu lado, siempre entretejiéndose con lo que vives solo, desde ti y tus pensamientos, emociones y anhelos, experimentos y experiencias. La esencia que eres tú siendo tú y ese tú que se impregna de otros y tú impregnas en otros, respetando tu camino y los caminos de todos, y el cruce que en ella permanentemente existirá de los caminos que es la vida misma siendo vida.