domingo, 21 de junio de 2009

Festejo paterno

Este fin de semana en México se festejó el Día del Padre. No termino personalmente de entender porque a la madre se le asignó un día inamovible, cuasi sagrado, y a los padres el tercer fin de semana de un mes. ¿Qué no son igual de importantes? El inolvidable 10 de mayo no se perdona. Pobre del hijo que no le festeje a su madre, será recordado por eso, ¡mal hijo!

En mi caso, es festejo doble. Mi madre tuvo la fortuna (desfortuna dicen muchos, ella incluída) de nacer ese día. Siempre dice que no es justo que solo le digan felicidades una vez, que un alto porcentaje de madres les festejan ese día y el cumpleaños (también imperdonable en México). Chistoso, conozco a creo muchas madres que son de ese día. Y siempre causa sorpresa cuando la gente se entera que mi madre es dobletera. Llega el 10, y empiezo con "¡Feliz Día de la Madre, mamá!" para hacer una pausa de un segundo, cerrar sonrisas y abrazos, y seguir con "Estas sooooooon las Mañaaaaniiiitaaaaas, que cantaaaaabaaaa el Reyyyy Daviiii iiiid..." (con tono Infantesco claro!) y festejarle su cumpleaños.

Ahora, no hay un solo padre que pueda decir orgulloso "¡nací el Día del Padre!" Al ser un festejo móvil, lo hace de rastreo incierto. Todos vamos preguntando "¿qué día cae el Día del Padre este año, eh?" y a correr para checar calendario. Pobres ellos. No reciben el mérito que les corresponde. Proveedores, padres, educadores, entrenadores de sus hijos en el deporte (los que lo practiquen aclaro) cuidadores de sus retoños, ¿y? Un domingo movible para recordarles. ¡Bah!

El 10 de mayo la ciudad se paraliza (término que incluye al tráfico evidentemente), las empresas paran actividades al medio día, porque todos ahora sí "tenemos madre" que festejar. Ni la Guadalupana logra tal barullo. Bueno, no es día de descanso oficial, ¿verdad? Pero debería de serlo, así las madres lograrían que les festejáramos desde el día anterior. Algunas a punta de chantaje, pero, ¿qué madre no le gusta aventar un poco de chantaje y culpa? Solo para salpimentar el amor de sus hijitos.

El pobre y menospreciado padre, forzoso dominguito. Ni para pretexto de dejar el trabajo caray. Desayuno o comida, un regalito por ahí si bien les va, abracito moderado (ya saben que hay muchos padres que "aborrecen" el contacto físico afectivo), y se acabó. Mientras a la madre, bueeeeenoooo... reunión gigantesca. Fiesta, música, alcohol, regalos, mercadotecnia a todo vapor. Los festejos vuelan por doquier, y las madres rozagantes!

Lo peor de todo: en su día, todavía el padre para festejarse, ¡tiene que pagar la cuenta! ¡No se vale! Exigo igualdad a los festejos de la paternidad. Propongo que se les dé un día fijo: ¡29 DE FEBRERO! ¡He dicho!

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