sábado, 15 de octubre de 2011

... y cinco meses después...

Tiene tanto tiempo que vengo con la creciente cosquilla de retomar mi amado espacio, y ahorita que entro me molesté profundamente. ¡Cinco meses sin escribir siquiera puntos suspensivos! No debería de seguir diciendo que este es mi pequeño rincón de esparcimiento y desahogo porque yo solito me estaría faltando al respeto.

¿Quiere decir que entonces no me he desahogado en cinco meses?

Pues no. Sí que lo he hecho, pero ha sido a través de otros espacios y de diversas actividades. Me he dedicado intensamente a estar conmigo, a descubrir nuevas aptitudes, a redescubrir mis virtudes, a revaluar mis tropiezos y a ser sumamente crítico con mi ser interior, así como ir cerrando caminos que he andado en mi vida.

Fue durante este tiempo que terminé terapia. Después de año y cuatro meses llegó al final, y fue un final muy bueno, lleno de claridad, agradecimientos a mi querida terapeuta, agradecimientos a mí por saberme enfrentar y ser honesto en todo momento, y por haber permanecido constante en el trabajo personal. No falté una sola semana, aún sabiendo que sería duro. Y eso me lo aplaudo, ya que me resultaba muy fácil ser decidioso en aspectos importantes de mi vida (cosa que evidentemente traté en terapia y ha sido radical el cambio) Y la persona que hoy se observa justamente me gusta.

Mientras estaba entrando al cierre de esa terapia inicié con una terapia distinta, más hacia lo profundo y lo incomprensible. Había llegado el momento de pasar de la terapia a nivel consciente a la intrínseca madeja del subconsciente. Y ¡ah qué emarañada estaba! Pero una vez que jale el primer pedazo de cordón, todo empezó a desenredarse de un modo tan sorprendente que todavía hay cosas de ello que me dejan boquiabierto. Esa terapia aún no termina, pero decidí dar una pequeña "pausa" que terminará en diciembre, y ahí sí, hasta que me digan "¡listo!"

Han sido cinco meses de seguir soltero, en lo que me encanta decir la etapa "Soy Sol@" No es que no quiera que aparezca el hombre perfecto aclaro, pero no lo he buscado como desquiciado y no me siento mal en lo absoluto de estar soltero. Al contrario, me he sentido muy bien. Saberme bien así me fascina. Saber que cada día que pasa estoy aprendiéndome algo nuevo, rebobinando mi vida pasada y sabiendo donde verdaderamente fallé y en donde tengo grandes cosas por explotar. Saberme seguro de quien soy, y hacia donde quiero ir en relación a compartir mi vida con alguien.

Pero eso sí, en estos momentos si tengo una sensación persistente de querer volver a vivir la ternura en mis días. Abrazar, estar, mirar, respirar y vivir con, el, por, y para el otro. Extraño muchísimo dormir abrazado de alguien, y por más que mi adorado caballocan es del tamaño de un maya (ja, ¡mentira! es más alto mi perro) no me encanta abrazarlo mientras duermo. Aclaración: mi perro duerme en SU cama en el piso junto a Mi cama. Aunque el desgraciado sabe que duermo como en estado de coma y seguro espera el momento que inician los ronquidos para subirse a la cama y sentirse amo y señor (ni crean que el Alfa es él, ¿eh? Cerooooo... pfff)

He quitado "el ruido" de mi vida. Las personas que hoy están en mi vida son quiénes realmente quiero que estén, y quiénes tienen un gran porque estar en mí. He dejado de lado el "estar por estar, salir por salir y hablar por hablar". Muchos días han pasado sin hablar por teléfono con la lista de personas vacías. Ya no pierdo el tiempo con personas que sé no tienen porque tener mi tiempo y mi dedicado interés, cuando no hay nada que los haga seres "valiosos". Entiéndase que no considero tener solo "garbanzos de a libra" en mi vida. Todo en la vida tiene escalas e intensidades. A lo que me refiero es que no solo "estoy por estar" ante nada ni con nadie. He sabido depurar mi vida de un modo que me llena de gozo.

Y desde hace poco menos de tres meses inicié el último gran reto de mi vida, y uno por el que a como dé lugar no volveré a pasar... ¡ESTAR A DIETA!. Ya sé, a muchos se les enchinará el cuero solo de leer esa palabreja.

Sin importar si has hecho o no una en tu vida, todos tendemos a creer que las dietas se sufren, y la verdad, en el 95% de las ocasiones es cierto, considero porque no asimilas realmente el porqué la haces y el beneficio que buscas. Maldices cada bastón de jícama que comes y quisieras que por arte de magia se transformara en un brownie, pero eso sí, que te hiciera bajar de peso. Añoras y extrañas. Y al iniciarla con esos sentimientos, no tienes una visión positiva. Solo considérenlo...

Sé que llegará el día en que un laboratorio se hará estúpidamente millonario cuando inventen la pastillita que haga que no subas un gramo sin importar si te comes cuatro toneladas de chocolate al mes o un cerro de alfalfa. Pero mientras tanto, a cerrar boquita y comer bien.

Sabemos que una dieta representa un gran sacrificio a esas delicias de la vida que por supuesto engordan más que los pavos de Acción de Gracias. Pero sabemos que el gran valor oculto que trae es la inmensa satisfacción de cuando inicia la bajada de peso y medidas, y la alta dosis de motivación y de logro.

No es que fuera un elefante marino, pero sabía que tenía esos "kilitos de más" y que por supuesto no estaría mal deshacerme de ellos. Además ya estoy tocando la puerta de los 35 años, y entre más viejo eres, más difícil es, pero sobre todo, más se cuelgan los "excedentes" Seguramente acaban de asentir con la cabeza pensando "sí, debería de empezar pronto..."

Fue en junio por un problema de parásitos en el estómago (¡ni la grasa los mataba!)cuando me vi de nuevo cara a cara con mi peor enemiga, esa perra francotiradora que siempre de un solo disparo da entre ceja y ceja del ego y la percepción personal: la báscula.

En la cita con el doctor llegó esa orden que inmediatamente te hace sudar frío y perlarte la frente y el labio como señora en pleno bochorno "Súbete a la báscula, te vamos a pesar" Quieres que Dios te haga el milagro de desmayarte ahí para que mejor se preocupen por reanimarte y no por pesarte. Pues no pasó, no me desmayé. Y ahí voy para arriba. "padre nuestro que estás en el Cielo..." mientras das el primer paso, y no quieres más que ver el techo. Y ¡tenga mano! el numerote del terror aparece y... ¿saben qué? Pensé que sería más, ja ja ja

Bueno, pues ya sabía en cuanto rondaba el tonelaje. Me debatía en cómo y cuándo iniciarla, cuando llegaron en el momento correcto dos angelitos delgados a darme mi bocanada de aire nuevo (además de mi envidia más verde) pero sobre todo el empujón necesario para saberme capaz de esto y más: mi ex y su primo, ambos grandes amigos y seres super importantes en mi vida.

Ellos dejaron de ser regordetos adultos jóvenes para transformarse en esbeltas varas de nardo. Y les dije "en unos meses ya no serán dos, ¡seremos tres!" y desde ahí pa'l real. A mi ex le digo "mi luz al final del túnel" (ja ja no me odies, sí, ¡tú!) y al primo "mi faro" Me dieron sus puntos de vista, recomendaciones e instrucciones necesarias, pero lo más importante: la imagen de saber que eso es lo que quería lograr.

A principios de agosto tomé la dieta, muy buena sobre todo porque no he sufrido en lo absoluto. Acelerar el metabolismo es la meta haciendo cinco comidas, y está hecha en relación el ejercicio diario. Sinceramente considero que no la he sufrido porque inicié totalmente mentalizado a llegar a mi meta, y con un tiempo marcado razonable. "En seis meses lo lograré, y para la boda de mi hermana estaré donde quiero estar..." Ya sé, la que debería de pensarlo así es la novia, pero yo me agarré de la tendencia, ¡y qué!

Poco más de dos meses después, y sumamente orgulloso de nuevo de mi constancia y de mi disciplina, tanto con la comida pero sobre todo con el realizar el ejercicio correcto y constante, puedo felizmente levantar la cara y decir "¡He bajado DIEZ KILOS y me siento maravillado y maravillosamente bien con mi nuevo yo!" Y ¿saben qué? Voy solamente al 50% de mi objetivo, con un ímpetu brutal y con las ganas que sean ya 20. Estoy tranquilo, enfocado y decidido.

Pero para como veo las cosas, creo que al llegar a la meta, tendré que atender un nuevo problema que ya también es lema "¡Soy Vigoréxic@!" ja ja ja bueno, para los que me conocen saben que el ejercicio siempre ha sido parte de mi vida. Pero ahora mi vida es el ejercicio.

Pensándolo detenidamente "Soy Sol@" detona "Soy Vigoréxic@" porque al tener todo mi tiempo para mí decido que se dirige en este momento a hacer ejercicio y a seguir con la dieta para acercarme cada día más a mi objetivo, que dará vida a dos lemas más:

"Soy Flac@" y sobre todo "Soy quien quiero y siempre he querido Ser"

Nada mal, ¿no creen?

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